A pesar de la ridiculización que se han hecho en multitud de foros de las declaraciones del presidente de Telefónica (en vídeo) acerca de que los buscadores (y en concreto Google)deberían pagar a los operadores para contribuir a la inversión en infraestructura, el tema es realmente importante: estamos asistiendo al inicio del debate potente (es decir, entre los que pueden cambiar cosas) sobre cómo se construirán los servicios en red del futuro.
Desde el punto de vista empresarial se puede entender perféctamente la postura de Alierta: los operadores invierten continuamente en aumentar la tasa de transmisión de sus conexiones de usuario, debido a la constante mejora (y por lo tanto demanda de ancho de banda) de las aplicaciones en red. Tanto que no llegan a culminar los procesos de amortización. Pero no pueden trasladar este coste al usuario en un mercado regulado de precios máximos. Visto así, que los que fuerzan esta constante renovación, los creadores de servicios, contribuyan económicamente a la mejora de la infraestructura ya que no puede trasladarse el coste al usuario final, puede tener sentido. De hecho, todos ganarían (ganaríamos) con esta opción. Y me explico a continuación.
¿Que otro escenario se abre si no se produce esta colaboración, si Google no paga? Vamos a hacer un ejercicio de prospectiva en base a los datos actuales.
Miremos primero el caso de la internet en el móvil. Lo explico a grosso modo, porque no todo el mundo la ha utilizado intensivamente: la internet en el movil consiste sobre todo en aplicaciones cerradas, que deben ser aprobadas por el operador y que se manejan de forma fácil en un interfaz gráfico. Si bien se pueden usar navegadores en el móvil, no es la opción general. El ejemplo más representativo de esta manera de funcionar es el iPhone y el entorno de aplicaciones de la Apple Store: sólo se pueden crear aplicaciones nuevas intensivas en la red con permiso de Apple, y sólo funcionan con permiso del operador.
¿Cómo percibe el cliente la experiencia de uso de internet en el móvil? No se percibe mal, y realmente no hay voces mayoritarias que vean problema en lo cerrado del planteamiento. Y eso que las aplicaciones son las que son y el contenido generado por el usuario es sólo el que te permiten generar, algo inaceptable si se planteara en Internet hoy en día.
Miremos los nuevos dispositivos propuestos, como el iPad. Siguen este modelo de acceso a la red simplificada, sin navegador y mediante aplicaciones, y entusiasman al usuario. Y parece que van a ir por ahí los tiros.
Hablemos ahora de la neutralidad de la red. Internet ha llegado a ser lo que es debido a este concepto: iniciada como una red académica y simultaneamente de defensa, el hecho de que fuera abierta y no estuviera controlada por los operadores era indispensable. El crecimiento de Internet y su desarrollo como sector económico tiene mucho que ver también con el concepto de Neutralidad de Red: la libertad de barreras de entrada debido al bajo coste económico de estar en la red, ha hecho que se prueben multitud de negocios "puros de red" pero también multitud de aplicaciones para sectores establecidos, sin tener que temer las consecuencias económicas del fracaso del proyecto. Si estamos donde estamos hoy día es gracias a que la red ha sido neutral. Y la defensa de esta neutralidad es importante. Hasta Obama lo hizo, como recuerda Enrique Dans en su artículo Alierta y la neutralidad de la red. Pero creo que hay que mirar mas allá, porque hablamos de la red actual. Y no sólo es cuestión de crear redes para favorecer la competencia, como propone Fernando Beltrán en su artículo Se veía venir.
Y digo la red actual porque estamos a un tris de un gran cambio en la red debido al dividendo digital, el reuso de las frecuencias liberadas tras el apagón de la televisión analógica, frecuencias con un radio de alcance altísimo y una tasa de transmisión mucho mayor que las que usan actualmente los móviles, y que además penetran en los edificios facilmente (como lo hace la tele, claro). Ya se ha anunciado que el uso mayoritario de esa frecuencia será para servicios de banda ancha en movilidad... pero nadie ha dicho que tengan que ser para servicios de INTERNET en movilidad necesariamente.
Si, como parece que será, parte de esas frecuencias van a para el desarrollo del Long Term Evolución (LTE) la mal llamada telefonía móvil 4G (y digo mal llamada porque es mucho más que telefonía), yo apostaría a que asistiremos al desarrollo de una plataforma cerrada de servicios de banda ancha similar a la que hoy tenemos en los móviles, pero mucho mas estable, para utilizarla en movilidad y en casa. Y mucho más fácil de usar para el usuario final, extendiendo a toda la población mucho más fácil el uso de servicios en red, sin necesidad de un gran esfuerzo de alfabetización digital.
Esta red, como dice Enrique Dans, no será internet. Será otra cosa. Pero será.
Y cuando coja el auge suficiente, los proveedores de servicios pagarán por estar allí.
Siguiendo en este escenario, Internet será lo que quede: no creo que se renuncie a un mercado como el que existe, pero si que puede producirse un ralentizamiento de la inversión, y que lentamente se deje morir, al menos en su parte comercial. Seguiremos teniendo una red neutral sobre la que experimentar, con lo cual todos cumplirán sus compromisos, pero...¿El uso académico, documental, facilitará su supervivencia? mmmm
¿Donde quiero ir a parar?
En que viendo cómo puede configurarse el futuro, igual nos conviene apoyar a Alierta para que Google pague... y seguir teniendo nuestra Internet actualizada, aunque se creen otras redes...