(Lo siento si meto la pata en algún término legal, mi aproximación al derecho es la del español medio)
El juez Garzón está siendo procesado, pero no como se dice de forma parcial y malintencionada, por juzgar los crímenes de la dictadura franquista, sino por ignorar una ley vigente en el Estado Español durante la instrucción de ese caso.
El otro día me leían un artículo de Público (un periódico poco sospechoso de atacar a Garzón sólo por desacreditarlo), donde se afirmaba que Garzón no es demasiado bueno instruyendo los casos: que la tasa de defectos en la instrucción que tiene es muy alta, y eso hace que muchos casos acaben sin posibilidad de sentencia, al invalidarse muchas pruebas. Le pedían más rigor, y le tachaban, de alguna manera, de chapucero.
A partir de ahí, una serie de asociaciones de ideología ultraderechista consideran que el juez ha prevaricado, y le han interpuesto una querella. Al tratarse de derecho penal, la responsabilidad de Garzón dependerá de si pueden determinar la existencia de dolo y de que grado, vamos, que para una gran condena lo que deberán demostrar es que el juez actuó de mala fe.
Vamos un poco más allá:
Garzón ha ignorado esta ley por una razón: la misma doctrina del derecho internacional que aplicó en las investigaciones de Chile y Argentina: que el genocidio (entendiendo por genocidio cualquier persecución por razón de raza, religión o ideología) no prescribe ni puede ser indultado, y que si hay alguna ley que lo hace (Las famosas leyes de amnistía), se entiende de poca calidad democrática y prevalece el principio internacional.
Considerando esta doctrina, es muy difícil demostrar la mala fe del juez. Quizá si la voluntad de ignorar la ley, pero amparándose en una razón de peso.
Entrando en el terreno de mi opinión:
La amnistía. La amnistía me produce muchas preguntas. ¿Es justa? ¿Es verdad que muchas veces es el único camino? ¿Debería ser reversible?
¿Es justa una ley de amnistía?
En mi opinión una amnistía nunca puede ser justa, al actuar sobre una generalidad de individuos. Habrá quien esté en la carcel por sus ideas, pero habrá verdaderos criminales que quedarán impunes. El beneficio es mayor que el perjuicio, y a nivel macro, puede ser lo mejor. Pero nunca será justo.
¿Es el único camino?
Normalmente es una mala buena solución (y quizá también una buena mala solución). En los ocasos de los regímenes totalitarioslos que todavía detentan el poder tienen mucha capacidad de hacer daño y capacidad de prolongar el régimen. Sin las leyes de amnistía sería muy difícil propiciar un cambio hacia la democracia, al menos de forma pacífica.
¿Debería ser reversible una ley de amnistía?
Personalmente tengo mis dudas. Comprendo la rabia de las víctimas que no pueden ver cómo la justicia real se aplica sobre su verdugo, pero tengo varios peros: por un lado, un tema práctico, si la amnistía es general ¿no debería ser la reversión general? Quiero decir: ¿No querrían la AVT la reversión de la amnistía a los miembros de ETA, si se aplica contra los cargos del régimen, todos incluidos en la misma ley de amnistía? ¿Y volviendo más atrás, ya al tiempo de guerra, al famoso tema de Carrillo y las matanzas de Paracuellos?.
Pero eso no es lo más importante: ¿Qué mensaje estaríamos transmitiendo a nivel internacional si revertimos una ley de amnistía? ¿No podría generar en los miembros de regímenes totalitarios vigentes una inseguridad tal que impida que avancen hacia la democracia, y se aferren al poder sin solución de cambio? Ciertamente es un riesgo muy alto.
Pero también creo que cada estado es soberano y tiene capacidad de reformar, revertir, modificar, lo que haga falta, sus leyes que se demuestren injustas. En cualquier caso creo que el camino es legislativo, no judicial.
Apoyo a Garzón, si. Lo apoyo porque creo que el fin que persigue, que es el de la justicia para todos es bueno. Respeto el derecho que tenemos: y por muy ruín que sea el motivo que mueve al querellante, creo que es fundamental el Dura lex, sed lex. Entiendo que las amnistías son necesarias, pero que exígen a las víctimas del régimen que se conviertan en héroes, héroes de la generosidad, y de soportar su rabia en beneficio del conjunto de la sociedad. Y entiendo también que las víctimas no quieran ser héroes: me parece justo y digno.
En definitiva: que apoyo que exista la justicia, que creo en la ley, y que mi opción es la de iniciar un proceso de revisión de la Ley de Amnistía de 1977. Creo que puede ser algo muy duro, pero que es mucho más respetuoso con nuestra democracia que la mera consideración por parte de los jueces de la poca calidad democrática de dicha ley. Un proceso muy duro porque tendrá que ser (no hay otra manera) de consenso. Y las susceptibilidades están a flor de piel. Un único mensaje, si vamos a hacer algo así, hagamos las cosas bien.
En todo caso, agradezco a Garzón que se meta en estos fregados por ayudarnos a pensar, a reflexionar sobre la historia y el derecho. ¡Y le animo a que se ponga las pilas! Esa fama de chapucero no nos beneficia a nadie.
P.D. Ya perdonaréis las dos pinceladas de humor embebidas (embuchadas), en el texto. Tanta seriedad no es buena.