Maratón
Mañana debuto en la Maratón. Correré la maratón de Zaragoza, y a pocas horas de comenzar, tengo todas las dudas del mundo. Ni se si he entrenado suficiente, ni se si seré capaz de cumplir con los tiempos máximos en los pasos intermedios, en fin... lo normal, supongo, en estos casos.
La idea hacía tiempo que la llevaba en la cabeza, pero han sido dos cosas las que me han lanzado a esta aventura. Por un lado tuve la gran suerte de poder vivir el ambiente previo de la Maratón de Boston y por otro, un agitado año de malas noticias familiares y laborales, con mucho stress, ganancia de peso y demás, que me llevaron a un punto que o hacía algo o iba a acabar enfermando.
Comencé a correr en vacaciones, en Lanzarote, enfrente del paseo donde dan la salida del Ironman. ¿Inspirador? No, todavía no.
El caso es que unos días mas tarde, recibí una notificación de que acababan de empezar los planes de entrenamiento para el maratón de Zaragoza de este año. Y me dije, ¿por qué no?. Sin pretensiones, si llevo bien, y si en el momento límite para la inscripción no tengo ninguna posibilidad, lo dejo y ya está.
Pero el tema es que llegados al punto de decidir había progresado mucho: había perdido más de 10 kilos, mis pulsaciones habían bajado, era capaz de hacer tiradas largas. No me quedó más remedio que inscribirme. Que le vamos a hacer.
La verdad es que he disfrutado el proceso: la necesidad de seguir el plan de entrenamiento con disciplina, el hecho de tener que correr si o si estuviera donde estuviera, en un año agitado laboralmente, me ha permitido correr al amanecer y al atardecer, bajo el sol y bajo la lluvia, junto al mar Cantábrico y la bahía de Santander, junto a la ría de Bilbao, junto al mar Mediterraneo en Tarragona y en Alicante, siguiendo los cursos de los ríos Gállego en Marracos, Ara en Borrastre, Ebro y Huerva (y el canal, claro) en Zaragoza. Todo un maratón de agua. En total unos 500 km de carreras en dos meses y medio inolvidables.
He aprendido mucho de mi cuerpo, de mis límites y de mis posibilidades. Y de mi mente, también, pues juega un papel importante.
Mañana queda lo más fácil: Ponerse delante de los 42 km e intentarlo. Sólo fracasa quien no lo intenta, dicen. Ahí estaremos, triunfando, y con un poco de suerte, triunfando al cuadrado.
Sólo me queda agradecer el apoyo que he recibido y muy especialmente el de Carmen que aún al principio, cuando pensaba que era imposible, me animaba a intentarlo.
Gracias. La emoción, la fuerza del debut va dedicada para ti.
Actualización: El vídeo de la llegada con mis fans!
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