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bambino, el blog de Fernando Tomás.

Dadme un punto de apoyo... y le candaré un cacharro.

Holanda es un país donde el reciclaje, usar cosas de segunda mano, está a la orden del día.

Cuando llegué, compré de segunda mano cosas que necesitaba, que vendí cuando me marché. De forma natural. No se para qué tenemos esa manía de acumular por estos lares.

En la misma línea, dar el salto a recoger cosas que otros han tirado pero están en buen uso, es rápido.

En Zaragoza lo hacía El fantasma de los Ojos Azules (antro cultural donde los haya (habido) ) y en Holanda, algunos compañeros de edificio.

Lo mejor era el método: si veías algo que te interesaba por la mañana al ir a la oficina, y no te lo podías llevar porque era grande (una silla, un sillón), le echabas el candado de la bici y lo atabas a una farola, y así lo tenías a mano cuando volvías por la tarde a casa, pues nadie se lo había podido llevar.

Me he acordado al leer esta noticia. Es una pena que hoy se tenga que hacer con motivación reivindicativa, en lugar de simplemente reciclativa...

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