Lo que aprendimos hace 5 años.
El meme del día es contar cómo se vivió el 11-S. No hace falta que os ponga ejemplos, los veréis en muchos, muchos blogs. Y no sólo en la blogosfera. Hoy será conversación en la prensa, en los corrillos. Tiene que liarse muy gorda para tener una verdadera conversación global. Es una pena, pero en fin, así son las cosas.
Me voy a ceñir a la experiencia personal, no voy a hablar de política ni nada de eso. Ni voy ahacer un homenaje a las víctimas. Ni voy a cargar contra los terroristas.
Recuerdo que acababa de comer, y me tumbé en el sofá cinco muntos mientras veía los titulares del Telediario, antes de salir para la oficina.
Recuerdo a Matías Prats contando que un avión se había estrellado en una torre (una avioneta, decía, al estar prohibido sobrevolar la ciudad a los aviones comerciales. Mal periodismo, eso de dejarse llevar por las suposiciones, lo de que hay que contrastar las fuentes lo sabemos hasta los profanos), y recuerdo ver llegar el segundo avión a estrellarse, en directo, para asombro de todos.
Ya en la oficina, recuerdo como se iban congestionando una a una las fuentes de información, dejo de poderse leer primero la cnn , luego elpais.es y elmundo.es ... aprendimos el truco de poner el nombre de la página en google y darle al "voy a tener suerte", y de esta manera entrar mucho más rápido... pero eso también se acabo bloqueando. Los diarios locales, con mucha menos audiencia, y mas sobredimensionados que los nacionales e internacionales, aguantaron el tirón. Seguimos las noticias en heraldo.es y elperiodicodearagon.es. Evidentemente nadie trabajó esa tarde.
Mientras tanto, descubrimos reacciones curiosas en nosotros mismos: después del éxtasis inicial, necesitábamos mas: se oía la pregunta ¿caé algún avión mas? ¿ya no hay mas? incesantemente. Volvió a pasar en el 11-M de Madrid. Cuando se acabó la crisis inicial, se dejó de ver correr a la gente y cesó el sonido de las emergencias, nos dió un cierto bajón... en cierta manera, se acababa todo aquello. Se acababa la excitación y venía la rabia y la tristeza. Y nadie quería cambiar de estado. No se si es una reacción normal, pero la observamos. La adrenalina es una droga poderosa, parece ser.
Luego llegó el humor negro, esa españolísima manera de superar las crisis:
Primerio comentarios sobre la caída de las torres, perfectas, como las mejores fallas .
Y los chistes:
Azafata ¿vamos a tomar tierra?- ¿Tomar tierra?- Te vas a hartar.
¿Sabes cual es el cartel que había en el piso 30?- Se traspasa.
etc,etc
Luego vendrían otras cosas, pero de la experiencia personal de ese día, recuerdo el éxtasis de sentir que estaba viviendo un momento histórico, el orgullo de ser de los que supieron como manejar las colapsadas fuentes de información, y la decepción de comprobar que la excitación del momento y la vistosidad del mismo eclipsan el sufrimiento y la muerte ajena, no sólo a los terroristas (que el imaginario pinta como degenerados) ni a los mandatarios y militares (que se suponen entrenados para ello) sino al común de los ciudadanos.
Aquel día aprendimos mucho sobre nosotros mismos. Y personalmente no me gusta lo que aprendí.
3 comentarios
Andres G. Mendoza -
Si yo tuviera un familiar que hubiera muerto en las Torres Gemelas, me jodería mucho que sse utilizara su memoria para fines de guerra.
elBetoCo! -
unjubilado -
Saludos