Cada vez que cambio de ordenador me doy cuenta de lo que cambian las cosas
Hace casi tres años que estrené mi anterior portátil de trabajo. Hoy me han dado el nuevo. Como todo portátil de trabajo, se supone que no tiene lujos, se tiene lo que se necesita para trabajar y punto. Nada de añadir costes innecesarios en fungibles (los ordenadores son fungibles y como tal deben, o deberían tratarse) a la empresa.
Y sin embargo tengo wifi incorporado, y bluetooth, y grabadora de DVD... por no hablar del doble de memoria RAM y del triple de espacio en disco que el anterior. Recordad, nada de esto es un lujo ya. (PRIMER CAMBIO)
Ya lo tengo todo configurado. Tengo compañeros que consideran lo de la conectividad algo inútil. Un portátil para ellos no deja de ser una máquina de escribir avanzada, con la que preparar documentos y, en todo caso, enviarlos por e-mail. Y lo primero que hacen es visitar el setup y desconfigurar todos los puertos wifi, bluetooth, infrarrojos, etc... -Así me dura más la batería- dicen.
Mi opción es la contraria. Será que valoro la comunicación, pero quiero que este cacharro permita comunicarme con otros, y que se comunique él mismo con cualquier otro cacharro que tenga en las cercanías...
Vuelvo a tener wifi. Desde aquél fatídico día en que Pepe Cervera estuvo en Zaragoza y en la copa bloguera posterior a su conferencia, se me cayó el pobre portátil, rompiendo la conexión PCMCIA de mi tarjeta wifi externa.
Y lo primero que veo, sentado en el salón, junto a la terraza al conectarme, es que allí donde no se veía ningún punto de acceso (uso el Net Stumbler para esto) hoy se ven seis. Y hasta un enlace llamado ENLACEROMAREDA, supongo que de Zaragoza Wireless . (SEGUNDO CAMBIO)
Eso si, todos con cifrado WEP . La gente aún tiene miedo a compartír su conexión. Aunque todo se andará . (CAMBIO POR LLEGAR)
P.D. (no digáis encriptado, por favor, que eso significa sólo meter en una cripta)
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