¿Regular la Voz sobre IP ? Regular tirando a mal...
He estado leyendo que en España los defensores del mercado de las telecomunicaciones se plantean regular la voz sobre IP (otra ver intentanto poner puertas al campo). De una cosa me he ido a la otra y he acabado pensando en lo curioso de la evolución de las relaciones entre las comunicaciones de voz y de datos:
-Al principio, módems para enviar información digital sobre líneas analógicas,
-Años mas tarde, voz y datos transportados juntos en el interior mas profundo de la red, pero con la transmisión de datos supeditada a las limitaciones que impone la comunicación de voz (mantenimiento de los retardos constantes, por ejemplo).
-Finalmente, redes de datos propiamente dichas con gran ancho de banda, hechas a medida de la comunicación de datos, donde nada constriñe esta comunicación, que acaban tansportando... ¡VOZ!
Bonito bucle histórico, ¿no?
(A estas alturas realmente todo son datos, originalmente o provinientes de una digitalización. Aunque sea marca registrada y no se si lo puedo utilizar, yo también opino que el mundo es DIGIT-ALL. Lo antes expuesto no deja de ser una curiosidad)
Quizá sea mezclar mucho las cosas pero me ha venido a la cabeza un libro que leí hace tiempo:
Historias de las telecomunicaciones, de José de la Peña (Editorial Ariel, ISBN: 84-344-4441-0).
Es la historia de los pioneros, del teléfono menospreciado por el telégrafo, del empeño que llevó a tender los cables submarinos, de la especulación y de los oportunistas. De los que intentan acotar lo inacotable, y de los que progresan por encima de todas las dificultades. Exactamente como hoy. Se lo recomiendo. Además, ¡por ahí está de oferta!.
¿A qué conclusión quiero llegar?
A que la experiencia demuestra que en el sector de las telecomunicaciones, la única tecnología válida (y rentable por ende) es la que cambia y mejora el servicio al usuario final. Siempre. La industria debería haberlo aprendido ya. Pero parece que no todos...
La innovación siempre va por delante de lo establecido. ¿Regular?
Regular tirando a mal. (Si me permitís el juego de palabras...)
-Al principio, módems para enviar información digital sobre líneas analógicas,
-Años mas tarde, voz y datos transportados juntos en el interior mas profundo de la red, pero con la transmisión de datos supeditada a las limitaciones que impone la comunicación de voz (mantenimiento de los retardos constantes, por ejemplo).
-Finalmente, redes de datos propiamente dichas con gran ancho de banda, hechas a medida de la comunicación de datos, donde nada constriñe esta comunicación, que acaban tansportando... ¡VOZ!
Bonito bucle histórico, ¿no?
(A estas alturas realmente todo son datos, originalmente o provinientes de una digitalización. Aunque sea marca registrada y no se si lo puedo utilizar, yo también opino que el mundo es DIGIT-ALL. Lo antes expuesto no deja de ser una curiosidad)
Quizá sea mezclar mucho las cosas pero me ha venido a la cabeza un libro que leí hace tiempo:
Historias de las telecomunicaciones, de José de la Peña (Editorial Ariel, ISBN: 84-344-4441-0).
Es la historia de los pioneros, del teléfono menospreciado por el telégrafo, del empeño que llevó a tender los cables submarinos, de la especulación y de los oportunistas. De los que intentan acotar lo inacotable, y de los que progresan por encima de todas las dificultades. Exactamente como hoy. Se lo recomiendo. Además, ¡por ahí está de oferta!.
¿A qué conclusión quiero llegar?
A que la experiencia demuestra que en el sector de las telecomunicaciones, la única tecnología válida (y rentable por ende) es la que cambia y mejora el servicio al usuario final. Siempre. La industria debería haberlo aprendido ya. Pero parece que no todos...
La innovación siempre va por delante de lo establecido. ¿Regular?
Regular tirando a mal. (Si me permitís el juego de palabras...)
3 comentarios
Agustín -
fernand0 -
Bernardo -
Esta claro que Internet requiere una nueva especialidad en derecho internacional, porque al ser un medio global los paises poco pueden hacer en muchos casos.
Lo que si me parece mal en España es que el organismo regulador siempre favorece al ex-monopolio establecido, con lo que la competencia lo tiene muy chungo.
También se protege muy poco al consumidor, que a fin de cuentas es quién al final usa los productos.