Rápido y en red

Pasadas las elecciones, expongo algunas ideas sobre la vorágine social que hemos vivido desde el mismo día de los atentados desde el punto de vista de las redes de telecomunicaciones.

El mundo de las redes de telecomunicaciones ha estado implicado en los acontecimientos desde el principio. Fué un teléfono GSM (bien a través de llamada, bien a través de temporizadores) el encargado de activar cada uno de los artefactos explosivos que originaron la matanza el pasado 11 de Marzo. Y puede ser que fueran las limitaciones tecnológicas del sistema GSM las que hicieran que los terroristas no pudieran activar las trampas cuando se acercaron los servicios de socorro. Es sólo una hipótesis.

La telefonía celular sólo admite un determinado número de canales ocupados por cada una de las celdas en las que divide el terreno. Con el estallido de la primera bomba, comenzó a crecer el tráfico de llamadas en las celdas cercanas a los atentados, colapsando la capacidad de las BTS que dan cobertura al centro de Madrid poco después. A partir de entonces era imposible llamar. Imposible para los terroristas también.

Pero si las facilidades de las telecomunicaciones, y de la telefonía móvil en particular fueron utilizadas por los terroristas, también fueron utilizadas masivamente por la sociedad para tejer una red de ayuda a los afectados de la manera más rápida y eficiente que se había visto jamás. Cuando llegó el colapso del sistema de voz, se siguió usando el SMS con una eficacia ejemplar.

Paralelamente, se comenzaban a crear los primeros weblogs sobre la tragedia, que permitieron coordinar actuaciones de ayuda así como señales de duelo, y permitieron canalizar el dolor, la rabia y la impotencia que toda la sociedad sentía. Pero no sólo en la comunidad de los weblogs, en otras, como Orkut era impresionante ver como se creaban nuevas comunidades de repulsa y de búsqueda de soluciones, así como el lazo negro (símbolo inequívoco del duelo) aparecía como logo de muchos de sus miembros. E indiscutiblemente el e-mail, que como herramienta clásica de comunicación en la red, disparaba también sus índices de uso.

La ciudadanía se estaba organizando rápidamente, sin ningún lider tradicional al frente, haciendo uso de los dos campos fundamentales en el sector de la telecomunicación: La inmediatez de las comunicaciones y la creación de contenidos. Y lo estaba haciendo a todos los niveles, no a nivel ciberelitista como había ocurrido hasta entonces.

Tras la urgencia de la ayuda, cuando hay un poco (sólo un poco) más de tiempo para pensar, se crean foros de opinión donde lo importante es la palabra, de la forma más democrática que se ha visto jamás, y donde se intenta desentrañar la verdad de lo que ha ocurrido, ante la sospecha de mala información gubernamental.

También en Internet, los expertos en redes sociales hacían su análisis sobre los atentados, abriendo líneas de diálogo para matizar sus opiniones con sus lectores.

El sábado, jornada de reflexión, y dentro aún del desconcierto por los atentados y su seguimiento informativo, es convocada una manifestación vía SMS para mostrar el descontento con el gobierno y exigir información veraz instantánea. Las manifestaciones son numerosas en muchas ciudades, y ante la incredulidad del lider del PP, no son convocadas a la manera tradicional, sino que se autoalimentan en una demostración de libro de lo que se llama Marketing Viral.

En resumen, la sociedad española descubrió, trágicamente, la tremenda utilidad de unas redes que hasta entonces infrautilizaba.

continuara...