6 años de blog
El pasado fin de semana, mientras comprobaba en directo con el terremoto de Chile el poder de twitter y facebook combinado con blogs (como medio de información más estable), poder que los convirtió en un auténtico medio colaborativo de comunicación y data mining para casos de desastre, este blog cumplía 6 años on line, de forma tan discreta que no me di ni cuenta.
Pero hoy quiero comentarlo.
Porque han sido seis años en los que el estilo de redacción, la intensidad, la finalidad del blog, han ido variando. Como lo han hecho las relaciones, las herramientas, la disposición del tiempo, los intereses.
Pero han sido seis años en los que ha merecido la pena contar con él.
Porque un blog permite comunicar, recordar, archivar, mostrar, protestar, ensalzar, agradecer, gritar, susurrar, felicitar, acusar, coordinar, agrupar. Un blog permite unir a la gente en debates y en gustos o disgustos. Es accesible, y queda. Como etimológicamente dice su nombre, un blog al final es un registro (log), una forma de guardar las ideas que vertemos. Una forma de recordar lo que ha sido lo suficientemente importante en nuestra vida en cada momento, tanto como para merecer el esfuerzo de escribirlo aquí.
Me gusta el blog. ¿No os lo había dicho?