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bambino, el blog de Fernando Tomás.

Sobre universidad, élites (económica, intelectual, laboral) y trabajar "de lo suyo"

El post viene al hilo de esta noticia, donde he puesto este comentario:

España montó un sistema universitario equitativo no elitista en el acceso, es decir, que garantiza que no sólo las élites (económicas en este caso) accedan a la universidad, lo que está muy bien, pero lo hizo en base a aumentar la plazas, lo que hace también que todo el mundo pueda acceder a una carrera, sin pertenecer a la élite (intelectual en este caso), es decir, sin necesidad de tener un curriculum previo brillante.
Esta manera de hacer las cosas es la que provoca la gran cantidad de titulados que existen, y el hecho de que al salir de la universidad, no se pertenezca a una élite por el mero hecho de ser universitario (como pasa en el resto de Europa y en USA), y el reconocimiento haya que ganárselo en un medio difícil como es el mercado, donde las influencias, la capacidad económica, la habilidad, la suerte incluso, juegan sus bazas.

Pero ¿Qué es mejor? ¿Jóvenes frustrados porque no pueden acceder a la universidad, o jóvenes frustrados porque tras pasar por la universidad no encuentran trabajo de "lo suyo".?
¿El único fin de la universidad es la de proveer empleo? Si es así, la respuesta es clara, hay que endurecer el acceso. Se reducirán costes al erario público, y además, aseguraremos que los universitarios egresados serán muy buenos en sus materias.

Sin embargo, si se cree como yo hago, que el pasar por la universidad añade algo más a la formación que los meros conocimientos, otro tipo de habilidades sociales, capacidad crítica, ete, las cosas están bien como están.

Los que sean brillantes en la universidad alcanzarán la élite laboral (lo hacen ya, mas temprano que tarde), y los que no, también  habrán ganado con su experiencia universitaria. Aunque les lleve un tiempo descubrirlo.

1 comentario

Niggerman -

Tienes razón.

Y además, es que la universidad no está para sustituir a la formación profesional, una idea que --no expresada tan crudamente, por supuesto-- se está extendiendo a velocidad de vértigo entre estudiantes, bastantes profesores y... sobre todo políticos. Que en este terreno merecen la cualificación de verdaderos astros: es decir, politicastros.

Por cierto: cada vez más incultos e impresentables.

Saludos.