Pensamientos de domingo

Pensaba hablar del estatuto de Aragón, de como (otra vez) los medios, quizá por la inercia de la propaganda de la era Aznar, caían en el insulto, en lugar de valorar como legítimo el que alguien plantee opciones que protejan a su tierra (en concreto, el derecho a la regulación del recurso natural principal, derecho que no excluye que todos los beneficiarios del mismo lo regulen también si quieren, y que incluso, los no beneficiarios, ya han regulado). Valorar como legítimo aunque no se esté de acuerdo con ello.

Pensaba hablar del peligro que supone insultar en política, agredir, ningunear, insultar y acotolar en vez de razonar, proponer, dialogar. Pensaba hablar de que hace poco, cuando la circunstancia era otra, en la calle (y aunque algunos no quieran creerlo) se mascaba que no nos estaban dejando otra salida que recurrira unos u otros métodos, más cuando parece que los que han recurrido a ellos tradicionalmente son los más privilegiados en este país de locos.

Pero no, voy a hablar de la nostalgia que invade estos días donde el frío y la noche te sorprende en la calle por la tarde. De los recuerdos de épocas pasadas que llegan con el pre-otoño, recuerdos de cervezas en Rembrandtplain, y frío y Europa15.

Voy a hablar de que no se que gustos musicales tendrá mi hija, que hoy, en vez de la música clásica prenatal que recomiendan, ha escuchado a Iggy Pop, a Depeche Mode y a los Chemical Brothers.

Hablar de que el cierzo sopla fuerte en Zaragoza, y de gue los familiares enfermos se recuperan pronto y bien. De que es domingo y estamos vivos.

Dejaremos la guerra para mañana.